1- Evalúa las opciones. Si te gustaría usar ingredientes naturales que puedas encontrar fácilmente en casa, hay un gran número de recetas caseras para eliminar los puntos negros, desde clara de huevo hasta jugo de limón. Prepárate para usar más de una receta si la primera no funciona.
- Ninguna de estas tendrá un efecto garantizado, porque todas las pieles son distintas y no reaccionan igual.
- Si tienes una piel particularmente sensible, sé sumamente cuidadoso y usa soluciones más diluidas que la receta original.
- Detente si alguna receta te irrita la piel.
2- Prueba una mascarilla de clara de huevo. La clara de huevo ayuda a cerrar los poros y también a eliminar los puntos negros. Solo separa la clara de la yema de un huevo y, después de secarte la cara, aplícate la clara sobre la piel. Puedes hacerlo con un paño o si prefieres hacerlo con tus dedos, primero asegúrate de que estén limpios y secos. Cuando la primera capa de huevo se seque, añade otra. Repítelo de 3 a 5 veces, siempre dejando que cada capa se seque primero. Luego quítate la mascarilla con agua y sécate dándote toquecitos suaves.[2]
- Puedes poner una capa de pañuelo de papel entre cada capa de huevo. Despega cada capa antes de lavarte la cara al final.[3]
- Asegúrate de no ingerir la clara de huevo crudo.
3- Prueba con jugo de limón. El jugo de limón es muy efectivo para cerrar los poros. Solo tienes que aplicarlo sobre la piel afectada y sentirás su acción. Remoja una bola de algodón con el jugo y luego presiónala suavemente contra los puntos negros. Hazlo unas cuantas veces a la semana antes de irte a dormir, pero no olvides hidratarte la cara en la mañana como de costumbre.[4]
- El jugo de limón es bastante fuerte, así que si tienes piel sensible o seca, primero debes diluir el jugo con un poco de agua.[5]
- El jugo de limón deja la piel muy sensible a la luz, así que no salgas con el jugo de limón puesto, sino podrían salirte ampollas.
- No es recomendable que las personas de piel oscura usen jugo de limón, porque puede decolorar la piel.[6]
4- Prueba con miel caliente. La miel tiene tanto propiedades antisépticas como antibacterianas, por eso es una buena elección para tratar los puntos negros relacionados al acné. También es bastante pegajosa, lo cual puede ayudar a adherirla a los puntos negros para sacarlos. Solo calienta un poco de miel en una cacerola o pon un tarro de miel en agua caliente. Cuando llegue al punto en que esté caliente, pero sin ponerte en riesgo de quemarte, aplícatela en los puntos negros y déjala secar unos 10 minutos.
- Quítate el producto de la cara con un paño húmedo.[7]
- Puedes dejarte este tratamiento toda la noche, pero asegúrate de que seque, sino ¡podrías despertar con la cara pegada a la almohada!