Desde hace varios días corre el rumor en los círculos políticos acerca de las dificultades que existen para implementar el acuerdo que planteó el presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas, con el Partido de la Liberación Dominicana, en un discurso al país hace dos semanas.
La reforma constitucional se hizo en base a dos acuerdos que incluyen compromisos con candidaturas locales para las próximas elecciones, y esto se convertirá en un rompecabezas de aquellos de dos mil piezas muy difíciles de unir y resolver.
A ver, lo primero es el acuerdo con el grupo de Leonel Fernández que abrió el espacio para unificar al PLD tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, este garantizó la presentación como candidatos de todos los senadores y diputados del partido morado, exceptúando los senadores que no estén bien posicionados para optar por la reelección en sus provincias.
Esta es una pared muy difícil de escalar y pasar para los que soñaban con una competencia interna para acceder a una de las senadurías en manos del PLD, con el agravante de que la única de estas posiciones en poder de un partido diferente, la de La Altagracia, se dice que también esta comprometida en una alianza con el Partido Liberal Reformista de Amable Aristy.
El tema de los diputados es diferente, porque el voto preferencial permite al elector escoger individualmente a quien lo va a representar en la cámara baja, lo que abriría las posibilidades a competencia de peledeístas, perredeístas y otras fuerzas que vayan aliadas al partido de gobierno a ese nivel pues en ese nivel cada quien tendrá que rascarse con sus propias uñas.
Ahora, donde la ¨puerca va a retorcer el rabo¨, será en las apetecibles candidaturas a alcaldes en todo el país, ya que estas son mas deseadas que las curules de la Camara de Diputados por la posibilidad que dan de manejar presupuestos sin control y los espacios que existen para practicar el clientelismo por parte de los políticos a nivel local.
Y en el día de ayer, el Secretario General del PLD Reinaldo Pared, enfrió el acuerdo con el PRD, cuando en unas declaraciones de lo mas interesantes, envió un mensaje claro a los perredeístas que se sentarán con la comisión que nombró el Comité Político de su partido, y que el preside.
¿Qué dice Reinaldo?, pues que el PRD tendrá que acomodar el pacto con el PLD a lo que ese partido representa en la actualidad, ya que no es el PRD de las elecciones del 2010 o 2012 por las dificultades que ha tenido.
Es decir, que el partido blanco tendrá que negociar con el PLD de acuerdo a lo que pueda poner sobre la mesa, no a lo que obtuvo en las elecciones del 2010, cuando sumó para si la mayoría de los votos como partido en forma individual, por lo que ocupa la casilla numero uno en la boleta.
Y tampoco podrá hacer uso de su primer lugar en votos en las elecciones del 2012, y si es por lo que puntúa el PRD, será poco lo que obtendrá, ya que según algunas encuestas que se han realizado después del discurso de Miguel Vargas donde anunció la alianza, ese partido no llega al 5% de la intención de voto, es decir el otrora poderoso partido blanco en la practica de ha desinflado y casi desaparecido.
Otra advertencia que hace Reinaldo, esta dirigida a los que sueñan con candidaturas seguras, suponemos que tanto dentro de su partido como a los que irían aliados desde la primera vuelta de las próximas elecciones, es que ¨nadie tiene una candidatura segura ya que serán las mediciones de preferencias en el electorado las que indicarán las personas que optarán por los cargos¨.
Así que los que estaban sentados pensado que iban seguros en la boleta, tendrán que despertarse y ponerse a convencer a los electores de que son los mejores para los cargos electivos, esta advertencia va dirigida muy especialmente a algunos alcaldes del PRD, que hace rato estén haciendo números con los votos del PLD para su reelección.
Parece que las reglas de juego están cambiando rápidamente, lo que era lógico suponer, porque después que pasó la reforma ya los votos de los diputados no tienen tanta importancia para una asamblea revisora y la autoridad interna del PRD quedó seriamente cuestionada por decisiones y acuerdos que no han sido discutidos ni conocidos a lo interno de ese partido.
